Foto cortesía de...
aun no sé quién la tomó.
Supongo que Aarón o Carolina.

Ah, qué pinche contento estoy hoy (aunque cacofone).

Pues no he estado escribiendo mucho estos últimos días, la verdad me concentré más en hablar y menos en escribir. Y no entraré en el debate de si la escritura entonces no es una forma de hablar, porque he mantenido soliloquios extensísimos pensando en mi lector/@. Pero bien. En resumidas cuentas: ya terminé una ponencia, lo cual me hace relajarme montones. La presentaré en la ENAH (df), así que… todos invitados. La huelga me ha sentado bien, aunque no esté a favor de ella.

El viaje me tiene emocionado, ahora sí. Justo ayer me dieron los boletos de avión. Aunque lo he repetido casi 8 veces (sí, creo que las he contado), daría los boletos patrás si me dejaran ir en bus con vocé (vocé = personaje de mi mente). ¿Que ya te lo había dicho? Sí, lo sé. Y es que, como mi buena camaradita ya lo dijo: «No hay como convivir 30 horas seguidas con alguien para conocerla de lleno».

Sólo que no dejo de imaginar lo distinto que se volvió el viaje, antes de su inicio. Ah, sí. Aquí es cuando digo: Te vas conmigo al df! Y sí, nos vamos las bitches y yo (Adoro a las bitches, ¿ya lo había dicho también?). Pues bien, es tan poco el tiempo que estaremos allá y tan pinche grande la ciudad que sé, con certeza, que apenas y alcanzaré a fumarme una bachita del df. Aunque visitaré puntos clave: tepito, ciudad universitaria (más o menos), el aeropuerto, no puedes decir que vas a una ciudad sin conocer su aeropuerto (cj cj), quisiera visitar xochimilco y algún otro prostibulesco lugar. Esrael, el ahora chilango Esrael tendrá en su casa, de seguro, la guía entera de los lugares dantescos en esa ciudad. Ahora me pregunto porqué hasta ahora me atrae ir a la ciudad maroma… No tengo una respuesta. Sólo sé que será genial. Tampoco sé si esas consultas que he realizado resulten en lo que me han dicho, en verdad. Que si resulto ‘chilango-like’ o si se me nota a leguas el provincianismo, sólo lo sabré cuando me toque pagar unos taquitos de maciza (ja ja… yo comiendo maciza: Ajá). Aunque en otros lugares siempre me han notado ‘alien-like’ así que ya ni tengo punto de referencia. Espero que allá, en la que pudo ser mi escuela (Esrael, aquí es donde sacas tu iPod y reproduces una canción a violín sniff sniff… en estas fechas ¿quién vrgs toca violín?) todo embone, tal vez resulte que no, que mi constante idea de pertenecer a otro ambiente siempre tuvo como trasfondo el constante deseo humano de lo ajeno, lo desconocido.

Ayer (más bien anoche) fue una noche rara, ¿no?
Como si el silencio que la embebió me hubiera dejado sordo y falto de argumentos.

P.D Se aceptan sugerencias de qué hacer estando en ciudad maroma. Excluyan el pulque... ese está en el primer escalafón de mi lista... mmmm!