Historia para no contarse #A.1




















-¿Tienes miedo? Preguntó ella con un rostro de desconcierto.


No, contestó, casi mecánicamente. Es sólo que pensaba en todo eso que no concretamos al tomar este camino, al cambiar la ruta tan sólo iniciando la travesía.


-No pienses tanto; tan sólo prométeme que en el momento no recularás. Promételo, amor, dijo ella con una voz que se suavizaba más y más a cada palabra pronunciada. 

–No, respondió de nuevo, de la misma automática manera.











0 escupitajos: