autopsista





Cuando era niño, en una infancia muy temprana, me recuerdo recorriendo las carreteras en compañía de mi papá y su Kenworth (quinguor, dice él) aqua. Así fue como conocí otras ciudades y aprendí que lo propio no es medida cuando se trata de nuevos paisajes. Y así —estoy seguro— es que fui alimentando el gusto a no dejar de conocer, a no dejar de sentir esa libertad que las carreteras y los nuevos caminos nos dejan con cada experiencia, en la memoria. 


A muchas personas les viene esa etapa de volver a las canciones del vernáculo cuando los años les pisan la sombra. A mi incluso me pasa. También reconozco que no puedo desasociar esta música con esos viajes de la infancia, las madrugadas en el camino, los atardeceres, el horizonte. 

Y así íbamos a toda velocidad oyendo música clásica de cassettes que escogíamos de entre una caja de madera.



Y el verso más importante de tu canción preferida...

0 escupitajos: