qui sapit


Todos los días tomo el camión de mi casa a la universidad. Muy temprano, cuando no se ha hecho tarde, algo que pocas veces pasa. Uso una credencial de estudiante subsidiado para pagar el costo del transporte. Esto me evita tener que cargar con dinero en efectivo y sobretodo, evita tener que esperar a un lado de la máquina tragamonedas cuando has echado una moneda de diez pesos.

Mientras uno pasa algunos muchos minutos sentado -en el mejor de los casos- en el bus, no queda de otra que meditabundear u oir música, en su perfecto. De las últimas ideas que me ha rondado la mente es... ¿de dónde viene el lenguaje? Lo sé, cada quién lleva agua hasta su molino de la forma en que puede. Sin embargo, ¿no es algo interesante? Ya he pasado muchas horas leyendo sobre esto y todo parece apuntar a donde mismo...

Cuando el sistema de transporte suba inició en hermosillo -recuerden que se implementó antes en cajeme- la gente no sabía cómo había que pagar su pasaje. Unas máquinas tragamonedas hacen las veces tanto de la mano del chofer cuanto de la mano del boletero. Ambos se encargaban de cobrar el pasaje y de dar la respectiva feria. Algunas rutas -no sé porqué- no hacen uso de este sistema mecánico de paga.

No sé si sólo se trata de una exageración o si en realidad sea perceptible, pero... ¿son algunas ciencias muy rebuscadas en la forma de explicar lo común? De ser así, las “ciencias” como la lingüística (mitad ciencia mitad oscurantismo) han caído en un momento de sobreexplotación de terminología.

Algunos años atrás, al oir la palabra gramaticalización se me hacía un nudo en la cabeza, es decir, no podía explicarme cómo es que existiera un proceso de gramaticalización, más allá de la “gramaticalización” como sinónimo de aprender a usar las reglas ortográficas.

Las primeras veces que subí al bus pagué con monedas, aunque pagaba exacto. Siempre me ha tocado oir a las personas que preguntan si alguien más va a pagar exacto -pero sin credencial- para que le den el cambio.

Algunas personas y autores, de esos de mucho pensar, han dicho que la gramaticalización se define como el desarrollo de una forma léxica hacia una forma gramatical o incluso de una forma ya gramatical hacia una más gramatical. Por ejemplo, la frase del latín qui sapit que significa ‘quién sabe’ dió origen al adverbio de duda ‘quizá’ del español, gracias a tres principios básicos: erosión, economía y frecuencia, todos íntimamente relacionados.

En el ambiente del transporte urbano y las paradas de bus, he podido escuchar muchas formas de preguntar a los demás si pagan o no exacto. La forma de preguntarlo fue desde una extensa explicación como: Señora, traerá dos monedas de cinco pesos o feria, porque yo voy a pagar con diez y luego no me devuelven la feria. Después hubo quienes preguntaron: ¿Tienes feria para pagar, es que yo traigo una de diez? Incluso, hubo muchos que después de quedarse parados en la puerta, no decían más que: Dame la moneda.



La gramaticalización, entonces se encarga como principio y fin, de explicar cómo se desarrollan y crean las formas gramaticales. El principal objetivo de ésta es describir cómo las formas gramaticales emergen y cómo a su vez, se mantienen -o se reemplazan- por otras a través del tiempo (y del espacio). En fin, intenta explicar porqué están construidas de la forma en que lo están.

Últimamente sólo he podido escuchar una forma de pregunta antes de subirme al camión. Supongo, que a tres, quizá cuatro años (no recuerdo precisamente) de haberse implementado este sistema de transporte, la forma convencional ya se ha creado y las alternativas, quedaron en el pasado: ¿Va a pagar con cinco?

Para quienes no usan camión, habrá que darse una vuelta, sólo para que me ayuden a comprobar la hipótesis. Para quienes se suben a las rutas que no usan tragamonedas... he de suponer que no mantienen conversaciones previas a abordar el camión, puesto que el chofer les da la feria, pero... ¿es esto cierto?