Cambio













No sabía si esto es algo que se pueda contar sin que suene a presunción pura. Aun cuando de eso se trata generalmente la verborrea. Todo comienza por mi atracción por las nubes, sí, las mimas que flotan de cuando en vez en esta ciudad acalorada. Las mismas que pronto han de dejarnos la primera lluvia de la temporada (I hope). Como iba diciendo, hace tiempo una amiga me obsequió una foto de su lugar de origen, Santa María Yacochi, en la región Mixe de Oaxaca. Publiqué esa foto ya en un post pasado.


El punto es que después de mucho pensarlo (casi 5 minutos), después de haber visto esa foto, y después de oír las palabras de mi amiga invitándome a conocer su pueblo, no me resistí y ahora sí puedo decir que me lanzo a Oaxaca. 


Sí, soy de esos ‘nacionalistas’ (en el sentido laxo del término), que prefieren conocer hasta el último lugar de México antes de salir a ver lo que hay en los mall de phoenix. Durante otros veranos ya he hecho algo similar (veracruz a la región nahua), y no es por dejar de lado lo que ya he hecho, porque digamos que una parte de mi se quedó en la huasteca veracruzana, pero... Oaxaca es un estado que desde mi punto de vista, representa la diversidad de méxico.


El punto es que ya he organizado el recorrido: querétaro, michoacán, oaxaca. Dentro de seis días parto y será un rol de un mes. Quisiera que fuera más, pero como yo mismo sé, la academia no nos deja vacacionar como uno quisiera. En fin... creo que eso es todo lo que quería decir, que me voy a donde las nubes tapizan el horizonte. Magui se va conmigo, así que si la suerte me lo permite, iré narrando algunas nuhbloanécdotas desde allá. Y claro, las fotos no podrán faltar.















Historia para no contarse











Ya no podía verla a la cara. Ella rumiaba una goma de mascar. De izquierda a derecha y de arriba abajo; era un tortuoso espectáculo. Verla mover sus dentales, sus labios, los que ha llegado a odiar y que otrora adoraba sentir cerca de los suyos, en roces leves. Musitó algo que sonó a pregunta, pero no supo si por todo ese asco que estaba sintiendo o porque en verdad había sido indescifrable su pronunciación, fue que no la entendió.














*Fotografía

Historia para no contarse #A.2














Esa mañana había buscado personalmente todo lo que emplearía en su plan. Había palpado celosamente cada una de sus herramientas, a las cuales ahora consideraba partes de sí, partes sin las cuales no hallaría solución pronta a su inmenso lío; pequeñas extensiones de su cuerpo que ahora se volvían él mismo. Con cada mirada, roce de sus manos sobre ellos los embebía, se pensaba vuelto uno con ellos.

Pagó sin dudar. Así hubiese arruinado sus finanzas, él sabía que después de esto, ni la vida misma podía pagarle mejor.